Esta tesis se pregunta cómo se ha construido la capacidad de la Corte Constitucional colombiana para influir en el sistema político y judicial. Se argumenta que las prácticas judiciales, entendidas como el uso estratégico de las doctrinas constitucionales con ocasión de oportunidades políticas de intervención judicial, constituyen el proceso que a mediano y largo plazo ha permitido a la Corte poner a hablar el lenguaje constitucional a los demás actores políticos, en la medida en que el alcance y los contornos del significado de dicho lenguaje es delimitado por la propia Corte.