Ser parte del presupuesto de que, en su mayoría, los poseedores de estos predios llegaron y se apropiaron de ellos, no por un afán lucrativo o de negocio sino desplazados por las circunstancias, la fuerza mayor y los problemas de violencia o de amenazas de los grupos al margen de la ley, dígase guerrilla o paramilitares o en su tiempo, por la violencia política de la década de 1950 que los llevó a establecerse y a construir sus viviendas en zonas no reguladas por el Estado, al borde de quebradas, en altas pendientes, en zonas de alto riesgo medianamente recuperables o no recuperables, en todo caso, en terrenos abandonados por las administraciones municipales, incluso con su aquiescencia o muchas veces por su negligencia.