Terminados los sangrientos conflictos armados y las dictaduras militares que padecieron muchos países de Latinoamérica, y con el retorno a la democracia que tuvo lugar en el curso de los treinta años que lleva el Programa Estado de Derecho para Latinoamérica de la Fundación Konrad Adenauer ?o desde un poco antes?, no es atrevido decir que la corrupción es el obstáculo más grande y difícil de superar para que en los países de la región se fortalezca y consolide efectivamente el Estado de derecho y un sistema democrático respetuoso de los derechos humanos. Esto se mostró de manera aguda con la explosión del escándalo de corrupción de Odebrecht y Lava Jato hace un poco más de cuatro años, extendido desde Brasil a la mayor parte de América Latina. A pesar de los notorios esfuerzos en Latinoamérica en materia penal y procesal penal ?aunque no solo en estos ámbitos?, la región aún tiene un pobre desempeño en la erradicación de la corrupción.